Hoy me he encontrado haciendo un
ejercicio de abstracción, con toda la objetividad de la que soy capaz, sobre
este tema tan controvertido y por desgracia de tanta actualidad como es el
del “ébola”. No voy hablar de su causa, forma de transmisión, tratamiento y demás aspectos discutidos
ampliamente en todos los medios de comunicación, ni de responsables directos o
indirectos.
Hoy me gustaría profundizar en qué es
lo que nos está pasando, por qué una sociedad, independientemente de la
profesión que se ejerza dentro de ella, se ha puesto “patas arriba”. Si miramos
bien podremos ver que tras todo esto se esconde algo que conocemos bien en
nuestro día a día y que no es otra cosa que la necesidad de “tener el control” sobre
lo que va a pasar, cuándo y cómo, y si pasa algo tener el control sobre su
solución y que sea aquí y ahora, al instante. Si no la obtenemos, si perdemos
el control y sumamos que la mayoría de las informaciones que se van obteniendo
de todos los medios a nuestro alcance son contradictorias, subjetivas.., y
además los profesionales que se presuponen cualificados y encargados de tratar
este tema asumen que no conocen cuál va a ser el alcance del problema y que las
soluciones que se tienen no dan certeza absoluta de acabar con él, entonces el miedo, la ansiedad y el pánico alteran
nuestra forma de procesar la información y de elaborar adecuadamente
estrategias para afrontar las situaciones y nos encontramos en una situación de
“indefensión”, porque hagamos lo que hagamos no va a servir de nada.
Pero no es cierto, problemas como el que nos
ocupa, un virus africano especialmente letal,
ha existido siempre y seguirá existiendo, lo que ocurre es que esta vez ha
llegado hasta nuestros países desarrollados y llenos de riquezas y ciencia,
ciencia que ya está en marcha para superar este nuevo reto.
¿Qué podemos aprender de todo esto? Tenemos
que aceptar la incertidumbre, que no podemos conocerlo todo, ni siquiera los
expertos pueden, las cosas pasan y seguirán pasando, y los accidentes y los errores
humanos son inevitables .La única garantía que nos ofrece la vida es el momento
presente, por eso es tan importante vivirlo de forma consciente. Esto sí está
realmente en nuestras manos.
Encarnación Gómez Reina, Psicóloga y Enfermera.
Interesantísima reflexión. Totalmente de acuerdo.
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