La naturalidad en el trato y la conversación sin artificios son
clave para una buena terapia y una buena mediación, donde el paciente (cliente)
se relaja y deja fluir sus emociones, evitando en lo posible sus autocríticas.
Las grandes puestas en escena y las palabras rimbombantes pasaron
ya a mejor vida, ya que en líneas generales coartan al individuo.
Esta forma natural se evidencia en la postura que la persona
adopta, desde el filo de la silla y los brazos y piernas cruzadas hasta
apoyarse en el respaldo dejándose envolver por el sillón.
No hay nada más motivador para un profesional que ver cómo va
evolucionando la postura de su interlocutor y a la vez, su discurso,
reforzándolo a través de sonrisas que provocan feedbacks de aceptación
incondicional, de comprensión y respeto en la que las defensas bajan y se
vuelve más permeable a nuestros comentarios.
Todo esto conlleva a una sintonía emocional en la que se basa el
proceso de cambio de nuestro paciente (cliente)...y pensar que el orígen de todo fue ser natural...
Sonia Esquinas Jurado. Psicóloga
No hay comentarios:
Publicar un comentario