Actuación ejemplar, moderna, y valiente de un médico de urgencias del Hospital Virgen Macarena.
Llegó una señora a urgencias con evidentes síntomas de una crisis de ansiedad: esa mezcla de miedo y sufrimiento, de difícil descripción y de suma intensidad, con síntomas somáticos, con sensación de muerte inminente o algo parecido como volverse loco o realizar actos contrarios a la voluntad. Como los síntomas somáticos son muchos, refuerzan la creencia de la precaria situación vital en la que uno se encuentra y habitualmente el paciente se muestra “ciego” a reconocer la naturaleza emocional de la crisis.
El médico realizó pausadamente el protocolo para descartar cualquier problema médico mientras que la” ceguera” cedía y la persona le comunicó que ella creía que se debía a que estaba en proceso de separación. El médico continuó descartando patología cardiaca y al terminar le administró una ansiolisis y la dejó descansar un par de horas.
Pasadas las dos horas y cuando la paciente ya no se sentía al borde del precipicio, el doctor le dijo:
“Ahora hay dos caminos, uno: ir al médico de cabecera que le recete un tratamiento que le quitará sus síntomas, y otro: aprender a manejarse con la ansiedad, pero piense si alguien merece la pena que usted se tome un tratamiento de por vida”.
La persona se quedó con los ojos muy abiertos, y desde luego ha utilizado el consejo sobre su sufrimiento de forma responsable buscando apoyos, soluciones, caminos, consejos, terapias, silencios… para mejorar. Nunca más tuvo ataque de ansiedad. Y ha aprendido mucho sobre sí misma y sobre la vida.
“Sufrir ofrece la mejor protección para la supervivencia puesto que aumenta la probabilidad de que los individuos hagan caso de las señales de dolor y actúen para evitar su origen o corregir sus consecuencias” (A. Damasio1995)
Claro que si el sufrimiento lo anestesiamos debajo de miles de pastillas – 15.5% de la población española consume ansiolíticos- no sirve para lo que millones de años de evolución lo han preparado.
Gracias a médicos como este, que creen en las posibilidades internas de curación de las personas, y tiene paciencia para hacer una prescripción mínima pero sumamente eficaz, los trastornos de ansiedad empezaran a no cronificarse.
Miryam Soler. Psicóloga Clínica.